jueves, 25 de febrero de 2016

IMPREGNADOS CON SANGRE




Impregnada está la tierra de sangre seca,
cementerios cargados a reventar de flores marchitas,
vidas truncadas, inocencias robadas;
Recuerdos vivos en lágrimas dispares,
agua que dócil evapora.

Tan así está mi cuerpo,
hurtado en arterias sin vida,
perdiendo el azul,
fachada con fondo diáfano.
Y son tus palabras acrecentando el dolor,
la que cierran la espita del respiro,
marcando sin remedio el agónico final.

Con tus formas, has matado el candor,
pudriendo al sol los sentimientos verdaderos,
quemando lo sentidos,
con ese incierto tu más
del todo valido.

Terrenal.
Cóncavo es el laberíntico jardín,
entre las luces del ocaso sin bendecir,
impregnando del dulce en  sangre,
una tierra ya para siempre seca.


                                                            *José Manuel Salinas*


domingo, 21 de febrero de 2016

SUEÑOS




Con luz mortecina, típico atardecer de un febrero cualquiera, sentado en la terraza de una cohabitada plaza. 
Agradable ambiente, nada bullicioso, rodeado de un verdor grisáceo, el color de unas plantas separadoras a modo de muro, también ellas vestidas con la requerida paciencia del crudo invierno. 
Dejo viajar la vista hasta donde su agilidad cargada de años le permite, corta es su libertad por estar sujeta a la  vulnerable atalaya del asiento. Superpuestas están mis manos, adheridas, como abrazadas a la querencia de una  unión eterna. Pegadas sin disimulo a la blanquecina porcelana colmada de humeante café. Buscan el calor, efímera estufa a titulo de  simulados guantes.  
Viene a mi memoria la tarde anterior, donde todo era igual. El mismo lugar, la misma mesa inestable, el  idéntico calor errático que reconforta estos  vagabundos guantes prestados e inexistentes para unos dedos torpes. Una película visionada  de nuevo,  derechos reservados de la vida. Una foto en blanco y negro con las huellas del tiempo, salvo por un detalle que sin ser menor, no le veo. 
Afino con el esfuerzo de estos desgastados ojos todo mi entorno, mezclándolos en el trasiego de la mal llamada fauna de domesticados urbanitas. Transeúntes perdidos en sus pensamientos, sumisos, cargados de quehaceres. Cabezas bajas como si de espiar sus culpas se tratara, ruidos y prisas  para llegar a la misma hora, y a ninguna parte. Personas desconocidas y lo peor, ciegas de trato.  
Me embarga una preocupación hasta ahora desconocida, un desazón creciente. Necesito aflojarme  el cuello de la camisa. Me siento inquieto, no paro de moverme. Despechando al frío, noto venir la sombra, el abrigo sin aporte de calor de la soledad no buscada. 
Nunca intercambiamos una frase y, mucho menos tuvimos  una conversación, ni tan siquiera unas palabras.  Nos bastaba un movimiento de cabeza, una sonrisa a modo de unos buenos días o quizá unas buenas tardes. La compañía de nuestros momentos hablaba por nosotros. Los pensamientos, tal vez  similares, de dos personas solas. 
Era una persona mayor, detesto decir viejo. Le notaba cargado de experiencias, huesos trabajados en silencio, donante así mismo de vivencias, de alegrías fugaces y penas perennes. Ahora ya, en la decadencia de la nada. Sin luz de esperanza, su cuerpo maltrecho, recuerdos intermitentes tan borrosos como inseguros, otros tantos imaginados, quiero entender que para su bien, acomodados. Sin el misterio de saber cuando y donde, aunque cercano, acabará todo. 
Tiempo nos dio para fijarnos el uno en el otro, tantas tardes de café callado, de ser islas dentro de nuestro mismo cuerpo; rodeados por todos los lados con las aguas del pensamiento. No existían los movimientos a nuestro alrededor, nuestros oídos como puertos vacíos,  sin atronadoras voces anunciando salida alguna. Solo silencio.  
La gorra calada, vestido con traje sin marca pasado de moda, pero aseado y limpio, muy limpio en su atuendo. Nada destacable, una persona más entre las demás. Desapercibido en el deambular diario de la vorágine de la ciudad.  
Tengo un calor agobiante, nervioso, desenfrenado. No ha venido esta tarde, no ha llegado al puerto común de la existencia, de la amistad anónima, del espejo tantas veces necesitado. 
Me temo que ya no le veré en su andar titubeante, arrastrando los pies mal formados por la edad, cubiertos por unas zapatillas de paño en desuso. Ya no estaré pendiente de la dificultad con la que llevaba su café con leche, poniendo todo su saber para no derramarlo. Ni como miraba de reojo, tal vez avergonzado por su torpeza, cuando dejaba la taza también añeja de porcelana blanquecina. Tenía edad, si, pero sobre todo tenia la dignidad que le daba la honradez de una vida, deseo con todas mis fuerzas, que bien vivida. 
Anochece, el frío invade el alma y en las pisadas que me alejan va el recuerdo de él. Me siento agotado por el miedo, sí, por el helado miedo que deja una sola pregunta a merced de mi conciencia: ¿Vendré yo mañana?  

Vagabundos guantes prestados, tan inexistentes como invisibles para los demás… 

*José Manuel Salinas* 
         20-02-16  





jueves, 18 de febrero de 2016

LA FUERZA DE LA ILUSIÓN.




Rescoldos internos que empujan, fieles al ser, paralelos a esta  vida mundana --a veces monótona, otras tremendamente monótona--cargada de situaciones, compromisos y problemas. No siempre buscados, ni supuestos por malogrados, aunque si adherentes a nuestro estado, edad o condición.

La ilusión como fuerza, casi siempre cubierta de simplicidad, de buenos sentimientos propios y hacia los demás, válvula de escape en los momentos más íntimos, donde, desde la realidad en irreal, vamos construyendo gracias a la literatura, sensaciones mágicas, plasmadas desde un ilusionante espacio y tiempo, dando luz a la parte no siempre visible de nuestra vida diaria, cómplices de cálidas palabras no dichas, pequeños secretos cual sueños, despiertos y silenciados.

Que nunca nos falte en vida la ilusión, compartiéndola. Vivir en la paz sustancial, crear un círculo con lo conseguido el cual agrandaremos con lo pendiente y por venir, hacer tangibles las cosas sencillas, olvidadas en el desuso de lo humano, de ser feliz participando en las ilusiones y felicidad de los demás.

Desde mis humildes letras, quiero convidaros a formar parte del grupo de personas --cada vez más amplio-­- que ven la vida cargada de ilusiones, de proyectos y en definitiva de esos sueños que de seguro, convertiremos en realidad, vivamos pues haciendo de la ilusión un futuro real.


*José Manuel Salinas*



miércoles, 17 de febrero de 2016

UNA VIDA




Me estudió la vida,
abrazado a ella.
Aprovechó de mí lo desconocido
nadie sabe,
arrancó lo bueno del humano,
pisó, 
dejando sensaciones mal paridas.

Juntos siempre,
de la mano sin dedos
estuve acompañado.

¡Oh, desgracia!

Destino cumplido,
infieles sensaciones
de lo podrido.

Sin su permiso y a escondidas,
ahora me pienso…

¿Vivo? ¿He vivido?

Solo quería ser persona,
tu amigo, tu hermano y,
el amante que nunca he sido.

Carrera de infortunios
exámenes suspendidos,
sin notas en papel,
ni trofeos vistos.

Me abrazó la vida, me abrazó…

¡Oh, desgracia!

Vivo sin haber vivido…


*José Manuel Salinas*

lunes, 15 de febrero de 2016

ESPAÑA, ESPAÑA...



España, España.
Dolor, tragedia impuesta.
Madre histórica para personas de buen corazón.

Tierra de colonizadores,
de Otelos y Quijotes,
de espadas y castillos.
De banderas y casacas,
de conseguido nombre
por gentes con honor.

Reyes de ley.
Conquistas y reconquistas.
Dueña de los mares,
de tantos lugares lejanos.
Ahora sobre polvos de mil años,
suspiros presentes de antaño.

Lágrimas desconcertadas,
sonidos enjutos, que son llanto.
Misterios descubiertos,
sin santo, ni milagro.

¡¡Sinvergüenzas, hijos de mala madre!!

Nuestro destino en vuestras manos,
y los bienes en vuestros bolsillos.
Apartados a buen recaudo.

España, España.
 Como me dueles.
Perdido lo lejano, nos acomodáis al raso,
madera rebuscada para brasero en invierno,
agua de pantano, bien cobrada, en verano.

¡¡ Bellacos, bandidos cobardes de lo ajeno!!

Diplomados, escribientes,
justicieros de leyes en mano.
Togas y blasones, cargos de
reconocimientos comprados.

A dedo y con buena letra,
de lo público ya los amos.
Sacando pecho con corbatas y lazos.
El culo apretado, larga geta morena,
con mi sacrificio y  dineros pagada.

Venís ahora con ideas, con sabor a mar,
pensadas por amigos banqueros,
en sus barcos de bella eslora,
allá en alta mar.

Chiringuitos estilistas, amoríos disfrazados,
hoteles con estrellas y huevos prestados.

España, España. No sufras por mí.

Vengativo no soy, que vengo de razón,
sin espada, ni sombrero,
buscando el freno,
de tal desenfreno
para unos ladrones de hereditaria convicción.

Impuesta por ellos la tragedia.
Yo, buscando la solución.
Será el voto impoluto,
antes que en vuestro provecho,
cambiéis la constitución.

¡¡ Temed bribones de mi España!!

Voto  humilde pero fiero,
no irá solo, lo seguirá toda una legión.
Helados quedareis,
sin domino, ni falsa posición.

Ha despertado el pueblo,
el de la España es una y en unión.

Con valentía democrática,
la justicia ya sin empañar.
Ganaremos con el voto
lo que no nos habéis sabido dar.

Os queda poco, mirad bien,
ya no os perdonamos ni un falso traspié.

¡¡España que guapa eres!!


*José Manuel Salinas*





jueves, 11 de febrero de 2016

DESTINO, NUESTRO DIOS ETERNO.




Brotó la sangre divina, o por mejor decir,
El icor; que tal es lo que tienen los bienaventurados dioses,
Pues no comen pan ni beben vino negro,
Y por esto carecen de sangre y son llamados inmortales.

Homero, (versos de la llíada, posiblemente el poema más antiguo escrito) 


DESTINO, NUESTRO DIOS ETERNO


Sangre de dioses, inmaculado néctar
Veneno terminal en mortales…


Espada en alto,
 bajando la cabeza en sumisa reflexión.
De mis carnes brotando, fluyendo en espasmos
las ahorcadas situaciones por pasadas.
Simplezas en apresurado tiempo,
sembradas con nombre propio
cual círculo finito
de mí vida temprana, hora amarga.

Batallas continuas, bocanadas sin respiro
campos desolados,
 perdedores de esta última guerra
eterna desde los comienzos del tú y yo, ahora vencidos.
Solo un ganador,
 invisible traicionero, caprichoso vividor.
De argucias y sorpresas valiente conocido,
inalterable en su camino,
 privilegio eterno e inmortal,
Dios y dueño de nuestro destino…


*José Manuel Salinas*
       D.R.


martes, 9 de febrero de 2016

POESÍA MUERTA




No entiendo la poesía,
esa,
que a pesar de
angostas voluntades,
nace tan muerta.

Letras pegadas a la rima,
encadenadas en lágrimas
a unos versos que rechinan,
esa,
que proclama sin vergüenza
las dolencias de un noble corazón.

No comprendo la poesía…
la fabricada, la cultural adecuada,
la que adoctrina a los flojos de ideas,
esa,
que hace bien al oído, creando afines,
en un mismo vacío de contenido.

No me gusta la poesía que relata…
jornadas vulgares, las de nulo sentido,
las gripes y médicos, los viajes en excursión,
los protocolos diarios de comidas con arroz,
esa,
tan de moda, que hace de nuestro diario personal,
la convidada participativa.

Angostas voluntades de poesía muerta…
auto-poeta de nombre, de círculos vinculados y,
para los demás…nunca nombrado.

Acaso, y será verdad,
no entiendo de poesía…


*José Manuel Salinas*


martes, 2 de febrero de 2016

CEGUÉ EL CAMINO MARCADO.

   ( "Destino" Salvador Dalí )



Cegué el camino marcado…

Despeche al destino
borrando sus líneas marcadas,
anulando la hombría,
guía,
de su propio tiempo paralelo.

Asumiendo que es delito no escrito,
y a su momento, la venganza.
Nadie escapa de sus garras,
sin pagar por ello.

Es posible que mañana
no me llegue tu luz,
ni el candil ilumine
mi noche más oscura, más fría.

Sé, que la cama quedará sin nombre,
la blanca sábana será tierra de nadie.
No habitará en ella
el calor bien entendido
ni la pasión compartida,
apocada en perturbador silencio
amanecerá  sin vida.

Mi alma se hallará huérfana de sentimientos,
mi mente,  en la madeja de lo abstracto y,
marcada desde la renuncia al
maltrecho destino que de ti me separó.

He despechado al destino,
al sino por tu presencia,
ni me quejo, ni me olvido,
solo siento miedo por la pérdida de tu amor.

Me vendí
con los ojos cerrados,
enfermo de esperanza.
Esclavo sin escudo quedo el cuerpo,
unido a un joven corazón enamorado…

Ahora ya,
desierto el camino,
solo y abandonado
me dejo llevar a lo eterno,
al oscuro infinito de su venganza.

Será la muerte traicionera
la compaña presta y servil,
el abrigo frío y  desgarrado,
pegado  al destino
que un día aciago
de fogoso enamorado...
la espalda le di.

*José Manuel Salinas*


lunes, 1 de febrero de 2016

CAÍDAS DEL CIELO.




No preguntes  por qué
las gotas de lluvia son puras,
cristalinas y sin rencor.

Ni quieras entender
porque nos humedecen
con la tibieza necesitada
el exterior de nuestro ser.

Atenta tienes que estar a su caer,
son como pétalos bendecidos,
elegidos,
de rosas embriagadas
-para el humano-
en lo más divino.

Cógelas y súmalas,
a tu exquisita belleza.
Haz de ellas el sustento interior,
ese,
que huele a lo perfecto
naturaleza de preciada flor.
Es lo ansiado a la tierna caricia,
de un corazón… bañado en amor.


*José Manuel Salinas*

DOMINGO DE MAÑANA.




Domingo de triste cara,
azul en las alturas y,
misal librando de pecado
a cuerpo sin pertenencia.

En el silencioso palpitar,
un corazón le habla a su pena…
Cegado,
encerrado en un bucle sin salida
cargado estoy de amargura…

…Pegado a una penitencia
de primigenio castigo,
mancha virginal y adaptada,
a la soledad.

Mañana de domingo,
domingo de mañana clara.

…Pensamientos,
impregnados de lo más negro.
Transeúnte de espacios sin luz,
sobrada amalgama de lo imperfecto.

Sucio el color de una vida,
apartada, doblegada,
preñada de extenuación.

Donde el destello que la ilumina,
proviene del único cuchillo,
afilada hoja,
de nombre: Tiempo finito…

Domingo de triste cara,
azul en las alturas y
flores marchitas,
en tumba sin nombre…

Ya, domingo de pecado…

Valentía de hacer fácil,
la sobrada cobardía humana.

*José Manuel Salinas*