jueves, 22 de septiembre de 2016

BENDITA SEAS.





Ya no sufre el alma
sin fuerzas, dormida está en el triste
y apagado sueño de los vencidos.
Ese lugar apátrida,
donde todo es olvido.

Ya no existe sustancia
ni cuerpo que abrazada la proteja.
No hay tierra que pisar,
ni cielo azul que indique libertad.

Despojada de lo efímero
quieta está.
Acobijada donde todo es vacío,
en el neutro apagado e infinito
de las tinieblas.

Ya no sufre el alma,
ya no…


*José Manuel Salinas*