¿Hasta cuándo vamos a soportar ésta
presión desmedida e insolidária?
De esta clase que se dice roja,
del pueblo y, que vive en la plenitud del azul.
Donde los señores de azul con
corbata, y mentirosos en promesas son hermanos de sangre (roja), duales
guardianes, cobardes del dinero incautado por otros (bancos).
¿Hasta cuándo la sociedad civil,
a la cual han despojado de color, de seguridad, de ingresos y, además pisotean con
la mentira del verde. Esta clase trabajadora a la cual desahucian en beneficio
de la usura de unos bancos intervenidos, abonados con nuestro sudor y tantas lágrimas,
aguantará callada?
Ya estamos viviendo en la
indigencia moral, en una psicosis preñada por los gobernantes, avalada por una
oposición inexistente.
Vivimos en una dictadura, político-económica-bipartidista,
donde todas las partes se encubren con la Democracia. Una
democracia de zanahoria y mucho palo; donde nada es lo que parece y todo es prohibitivo. Manejos cívicos de
sociedad moderna, en un intento de cegar a la masa. Esa, que a veces,
desorientada aprovecha cualquier manifestación para desahogar su grito.
Dirigidas por los de la bandera y el pito, con Rojex en las muñecas y sedas en
los manteles, aprovechando el tumulto para no perder cuota y subvención.
Hay que pararle los pies a estos
dirigentes del tres al cuarto, altos ejecutivos de esas dos fabricas de
distinto color (hay otras más pequeñas fabricando lo mismo) pero de igual
manufactura, de igual precio en los productos. Que no son otros que los que
viven de prebendas, de ingentes sueldos, de jubilaciones pagadas sin apenas
cotizar. Por el simple hecho de pertenecer a una lista de nombres puestos a
dedo y revisable cada cuatro años.
Hacen publicidad de sus fabricas
(con nuestro dinero), te vende el mejor producto (solo en apariencia) en
realidad es una pantomima nada seria y por supuesto nada democrática. Hay que
comprar el lote completo, no vale elegir.
Nos hablan de libertad, de
justicia (según para quién. Tienes que estar en la lista antes mencionada), de
igualdad y no sé de cuantas falacias más, que venden como anuncios de televisión.
¿Hasta cuándo vamos a soportar el
ser pisoteados, acallados en la utopía del bien mejor? ¿Hasta dónde podremos
aguantar los españoles de pie y con familia, a esta panda tan profesional de la
política y no trabajadora, que viven a cuenta del sufrimiento de otros y lo
hacen a cuerpo de Rey?
*José Manuel Salinas*
D.R
Gracias José Manuel por expresar tu sentir que es el de muchos de nosotros y además de hacerlo tan bien.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Qué buen retrato! Un abrazo
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