lunes, 1 de febrero de 2016

CAÍDAS DEL CIELO.




No preguntes  por qué
las gotas de lluvia son puras,
cristalinas y sin rencor.

Ni quieras entender
porque nos humedecen
con la tibieza necesitada
el exterior de nuestro ser.

Atenta tienes que estar a su caer,
son como pétalos bendecidos,
elegidos,
de rosas embriagadas
-para el humano-
en lo más divino.

Cógelas y súmalas,
a tu exquisita belleza.
Haz de ellas el sustento interior,
ese,
que huele a lo perfecto
naturaleza de preciada flor.
Es lo ansiado a la tierna caricia,
de un corazón… bañado en amor.


*José Manuel Salinas*

2 comentarios:

  1. Si pregunto, como pasaste de un estado de tristeza, a la maravillosa sensibilidad,ternura,delicadeza y demas sinonimos que podemos aplicarle a este bello poema.

    Y yo tengo una respuesta, espero coincidir con la tuya,aunque lo dudo,eres un maravilloso poeta amigo.

    Ese final es un lujo,nada mas lindo que una tierna caricia.

    Me encantó esa lluvia de rosas.

    Kisss.

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  2. Tus versos son acicates que despiertan los sentimientos, la sensibilidad de la cual haces gala al escribir...
    Un abrazo.
    Reme.

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