martes, 27 de agosto de 2013

CARICIAS DE OTOÑO.




Pensativa fue la idea
de sensible seducción preñada,
decomiso de letras furtivas
para  frases entendibles: domadas.


Lamentos prestados,
conciencia arraigada,
cuerpos prisioneros
cárceles con alas.

Dolor acompasado
en predispuesta soledad.
Almas liberadas,
luchas y desgracias.

Versos ayudando al calvario
en el pegado maloliente
de unas estrofas que revientan
la pluma del penitente.

Pero…

¡Ay!... ¿Y el amor?
Cuánta magia…
Besos y recreos
de brazos que abrazan.

Tus labios, mis labios
la piel templada.
Risas, sonrisas y ¡cómo no!
la eterna carcajada.

De todo un poco
en esta casa de templanza,
que entre negro y naranjas
vacían mi gracia, acomodando
la pluma a la realidad que brama.



*José Manuel Salinas*
*Rocío Pérez Crespo*







viernes, 16 de agosto de 2013

NO SE TIÑE EL AMOR.




No hay más distancia que el falso recuerdo,
ni peor ironía que un amor desteñido.



Tiñe, destiñe, como las prendas sacadas en días de luto.

Y el amor yace muerto en brazos de nadie,
en el silencio permitido de unos recuerdos que ya no valen.
Velado en casa sin pertenencia,
acomodada mortaja de la memoria.

No hay roto suspiro en madrugada engañada,
ni húmedos lagrimales de plañideras pagadas,
no está el abrazo amigo, ni pañuelo que tape la boca.

Solo…

Silencio y memoria,
enfermizo derrotado,
pensamientos desgastados.
Hermanados ojos cerrados
de un corazón destrozado…


Llanto y espera,
esperanza y llanto.

Sereno…

Sabio sepulturero
es el vetusto olvido,
custodio de una tumba sin nombre
donde depositar unas flores que ya no huelen.



*José Manuel Salinas*


miércoles, 7 de agosto de 2013

SIN SABER, POR NO SABER.





Lloro en soledad, en el silencio que más duele,
machacando el pensamiento, castigando  la razón,
en un intento vano de convencerme
de unas coincidencias que no existen.

Recurrida cobardía de un roto corazón,
enamorado adolescente, cegado de amor.

Limpio, limpio y, tan perdido…

No encuentro nuestro camino,
la senda de los verdes pinos,
callada quietud de unos trinos
envueltos en noches frescas de blanca luna.

Sudores, espejo húmedo de fervor,
dibujando nuestros nombres,
en el vaho escarchado del jadeo.
Apadrinados los ojos en chispas que brillaban,
bocas cerradas, unión de secretos compartidos
ante la temblorosa estampa de la cercana despedida.


Desazón que me recome en mis momentos,
angustia gritada sin eco,
desorientado agobio
en el silencio que más duele.

Te sé porque estás, mas no por eso dejo de llorar…



*José Manuel Salinas*

sábado, 3 de agosto de 2013

AL POETA LE DUELE EL HOMBRE.




Las mentiras como bandera inherente desde lo más primigenio,
juramentos cobardes en voz, adoctrinados desde las entrañas,
en un cambiar por hechos las negaciones ocultas.
Dañinas personas de cara lavada en su propio: todo vale.

Al poeta como persona, le duele tal vez…el alma.



*José Manuel Salinas*

SOLO MUERE LO TERRENAL DEL ALMA.





No hay porqué sufrir, en la eternidad,
las almas viven sin memoria.

Desgarrados están mis sentidos, perdidos;
como carne maloliente a golpes arrastrada,
cobijados en un cuerpo de lustrosa fachada,
despojados de alma.

Yace muerta en brillante luz reencarnada.

Por su blanca lucha, valentía callada,
es recordada en llanto,
desde el silencio intranquilo
de un pensamiento desquiciado.

Murió de amor, disuelta en dolor
a una esperanza pegada
silente en armonía, que nunca llegó.

Ahora es libre. Imagen de un cielo azul,
de luceros que guían, rosas que embriagan;
baños suaves en olas encrestadas.
Es como tantas otras, un trocito más de sol.

Desde lo más celestial esperando está,
el natural resurgimiento.
Sin falsos hechos domados por amor,
entre mil seres vivos, llegará la dama.

Donde posar su brillante luz,
fiel hombro de alma gemela…

*José Manuel Salinas*

jueves, 1 de agosto de 2013

DESDE EL ALMA.




Habla el alma inquieta,
desde la zozobra en unas aguas turbias.
Roncos sonidos profundos, trasiego exterior
desgarrador su tacto, desolado interior.


Cegada en el misterio, inquiriendo paz
regocijo sin apatía para este lastimado corazón.

Y le llueve, en un tronar que asusta,
angustiosa está de embestidas,
negros estruendos sin luz,
estampa discordante que anula
destrozándola sin ver.

El pensamiento escapa tullido
de una miserable guerra sin cuartel,
buscando el equilibrio necesitado,
coordinando sin romper
cuerpo, alma y sentido.



*José Manuel Salinas*