martes, 27 de noviembre de 2012

TRANSPARENCIA...






“En los momentos vacíos, dichosa compañía
                        que los desborda en sus llenos”



Siento en la rojez de mis mejillas
la calidez húmeda de las lágrimas,
descienden vivas, insultantes en su brillo,
cual agua pura. Espejo.


Amigas fieles en respuesta humana,
prestas al desahogo ya inservible
calladas sumisas de lo acontecido,
presionadas en fuerza, por el suceder.


Despojadas de maldad,
cargadas en mi desesperanza,
de agobios luchados y perdidos,
sentimientos rotos en carne abierta.


Se deslizan ya abatidas, huérfanas,
descompensadas en su silencio,
sin saber, que nacieron del dolor
de la soledad oscura donde habitan.
Sin entender, que ven los últimos destellos
de una luz triste y opaca, finita en agonía.


Nacieron desdichadas,
para servir a una mente
yacente en cuerpo
y tan muerta…


*José Manuel Salinas*
D.R.









sábado, 24 de noviembre de 2012

CRUCE DE CALLES.







A veces, solo a veces, pienso en la grandeza de tu amor,
marcado está en el mapa, como esa esquina sin chaflán.
Cruce de una calle sin número, ni verdes en el balcón;
recorriendo la gran avenida iluminada ayer,
queda ahora, tan larga y vacía hacia ninguna parte.



A veces, sólo a veces, veo, reconozco
el dolor en la rojez de tu mirada,
la valía y verdad del amor desinteresado.


Es en ese momento donde asumo,
sólo en ese donde me veo aparecer solitario,
en la acera de una calle sin nombre,
sin salida y sin retorno.


Son esas veces en las que pienso,
lo desgraciado de los errores y fallas,
en el incompleto mapa humano.

Hace frío, le digo a mi inseparable y callada sombra…


*José Manuel Salinas*
D.R.






CAMINO BUSCADO.






Voy marcando el camino en soledad
con unas estrellas despuntadas, ya sin luz.
Pegadas con cariño a la memoria,
puntos inmóviles, inanimados, tan inertes…


Farolas fueron de esplendor dorado,
cálidas mantas en su cercanía sin invierno.

Todo en un ayer distendido
A veces, temerario, otras asustadizo,
Dolorido en carnes, retorcido en mente,
cuántas veces tan trágico.


Señalando voy a las estrellas,
tatuadas están en mi piel,
cual cicatrices de heridas ya sanadas,
marcas de un pasado vivo y abierto.


Solitario, vacío de equipaje,
tan cansado tan devuelta;
atrás quedan recuerdos con historia,
todos con nombre, todos con su tiempo…


Caminando en mi soledad buscada,
colmados están mis bolsillos de alfileres ensangrentados,
puntas que atraviesan la memoria
de unas estrellas en mí apagadas…



*José Manuel Salinas*
D.R.



jueves, 22 de noviembre de 2012

EL CERCO.






¿Hasta cuándo vamos a soportar ésta presión desmedida e insolidária?

De esta clase que se dice roja, del pueblo y, que vive en la plenitud del azul.
Donde los señores de azul con corbata, y mentirosos en promesas son hermanos de sangre (roja), duales guardianes, cobardes del dinero incautado por otros (bancos).

¿Hasta cuándo la sociedad civil, a la cual han despojado de color, de seguridad, de ingresos y, además pisotean con la mentira del verde. Esta clase trabajadora a la cual desahucian en beneficio de la usura de unos bancos intervenidos, abonados con nuestro sudor y tantas lágrimas, aguantará callada?
Ya estamos viviendo en la indigencia moral, en una psicosis preñada por los gobernantes, avalada por una oposición inexistente.
Vivimos en una dictadura, político-económica-bipartidista, donde todas las partes se encubren con la Democracia. Una democracia de zanahoria y mucho palo; donde nada es lo que parece  y todo es prohibitivo. Manejos cívicos de sociedad moderna, en un intento de cegar a la masa. Esa, que a veces, desorientada aprovecha cualquier manifestación para desahogar su grito. Dirigidas por los de la bandera y el pito, con Rojex en las muñecas y sedas en los manteles, aprovechando el tumulto para no perder cuota y subvención.
Hay que pararle los pies a estos dirigentes del tres al cuarto, altos ejecutivos de esas dos fabricas de distinto color (hay otras más pequeñas fabricando lo mismo) pero de igual manufactura, de igual precio en los productos. Que no son otros que los que viven de prebendas, de ingentes sueldos, de jubilaciones pagadas sin apenas cotizar. Por el simple hecho de pertenecer a una lista de nombres puestos a dedo y revisable cada cuatro años.
Hacen publicidad de sus fabricas (con nuestro dinero), te vende el mejor producto (solo en apariencia) en realidad es una pantomima nada seria y por supuesto nada democrática. Hay que comprar el lote completo, no vale elegir.

Nos hablan de libertad, de justicia (según para quién. Tienes que estar en la lista antes mencionada), de igualdad y no sé de cuantas falacias más, que venden como anuncios de televisión.
¿Hasta cuándo vamos a soportar el ser pisoteados, acallados en la utopía del bien mejor? ¿Hasta dónde podremos aguantar los españoles de pie y con familia, a esta panda tan profesional de la política y no trabajadora, que viven a cuenta del sufrimiento de otros y lo hacen a cuerpo de Rey?


*José Manuel Salinas*
D.R

lunes, 19 de noviembre de 2012

NECESIDAD DE CREER.






Acaso la sombra amarga en soledad,
cruel rastrera, solitaria, nos persigue
en el silencio de los días soleados.

Yo, el  homólogo de la verdad
cubierto a cachos de heridas infectadas
con la mentira, propia y ajena, siempre de dos.

Cruzadas las umbrías,  abiertas en
aceras calladas, respetuosas ante la presencia
cierta y pisada de guiados entierros,
única verdad visual y tétrica.


Calles pobladas de dos verdades,
-siempre dos-
Adoquines separados por la calzada
Contrapeso heredado de unas mentiras guardadas.

La amistad pensada, trozo de carne muerta
comida en los rincones negros,
alumbrados por los fríos de la hoja abierta
oxidada navaja en unas manos por la espalda.


Dos verdades, dos falacias y, nada cierto
-siempre dos-
dual la mentira en el creer
un bis a bis, espía de lo maligno.

¿Quién dice la verdad?

Humano infeliz, loco atiborrado
de razones adquiridas por,
quimera vestidas con lazo
adornando el todo lo soy, todo lo merezco.

Tú, dueño de la opacidad
que arrastras los pies a mi igual
sin mirar atrás, que vives con los ojos cerrados
llorando en los embustes ajenos.

Tú, vengador de la nada,
cargador de vacíos simples
clon de sentimientos puros
que te aíslas de las tinieblas rastreras.
a la cual estas encadenado.
-siempre dos-

Tú, ángel desconocido vestido de piel
extiende tus brazos fundiendo la amistad
en noches y días nublados –los nuestros-
pisaremos aun sin resuello
las penumbras cobardes que no se ven

Nada mejor para hacerlo que de dos en dos.


*José Manuel Salinas*
D.R.





BESANDOTE.






Degusto el carmín pegado a tus labios
como una parte fiel desprendida de ti,
saboreo la sustancia agradecido, dócil,
brillando y tan quieto…
-como el perro lame al dueño ante la caricia-


Está mi boca contagiada, hirviendo en deseo,
fluidos trasvasados en eléctrica onda corta,
movimientos acompasados, una sola lengua vivípara,
engranaje perfecto, sin fugas.

Ya no hay freno, no te retienes…
No me detengo y te beso.

Aparece la danza oculta de las manos,
la música del gemido, la noche y el día,
el abrazo sentido, en un baile sin igual de la caricia madura.
Tiemblan las piernas, los ojos se cierran.


Y los cuerpos se dejan llevar sin peso,
al compás de una sola melodía,
de una única ilusión, dirigidos, bendecidos
con la batuta del deseo, en un solo amor…


*José Manuel Salinas*
D.R.

viernes, 16 de noviembre de 2012

REAL Y SUPUESTO.






TÚ, poeta, que vives intensamente, acaricias,
desde la nube solitaria y alta, la poesía…

TE regocijas, la haces vida, la duermes,
la lloras, la cargas de tristeza,
de añoranzas, de títulos inventados, dolor sangre;
paciencias, agravios, esperanzas, alegrías, risas.
De amor con suspiros y espasmos,
esperas invisibles, rosas que huelen,
color y melodías para ti de lo perfecto.


DESCRIBES lo posible, lo imposible,
lo sucedido y tal ves por suceder, el infinito,
lo finito y no eterno del pensamiento.
La lucha en tus sentidos, la visión de la hambruna,
los recelos en batallas sin plomo y con heridas;
la cobardía humana, los celos, la intransigencia,
el dinero manchado, la deshonra, la envidia…


POETA, tú, en lo real de la misma
hacedor de vida supuesta,
cantor de mil historias ciertas,
vividas en tu persona, prestadas otras,
unidas por el lazo hermano de la voz…


En tan solo unas palabras, mañana muertas…


*José Manuel Salinas*
D.R.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

PROHIBIDO PISAR SUEÑOS.





Hay días que no quiero levantarme,
es un pánico no entendible,
un renuncio a lo cierto, desgraciado de mi
en las horas completas de una jornada.


Miedo sudoroso al despertar,
pisando con los pies desnudos el sueño
vivaces de alegría, compañero de lo necesitado,
campaña gloriosa del ser humano.

Volver a una realidad infesta,
contagiada de hedor armónico,
de tacto parejo e igual
a situaciones tan comunes en los demás.


He de negarme a seguir despertando,
Luchar desde lo imposible para no ver el amanecer
agrietado, sórdido, vacío y enfermo de muerte,
estados de los que se nutre la realidad.


Quiero seguir en mi noche,
donde la imaginación no duele,
no espanta y, renueva las ganas de seguir
siendo el niño que se acompaña de luna y estrellas…

No volveré a pisar mis sueños.


*José Manuel Salinas*
D.R.


COMER EN PAZ.







Dormitando con los sentidos en la nada,
como única música un rugir de fondo
pelea en abrazos dolorosos de unas tripas vacías
tan hermanas y cómplices en el ayer.


A sangre y fuego corporal,
encarnizada lucha entre iguales,
derramando los fluidos almacenados de una vida,
buscando la supervivencia en el asqueo de la muerte.


Ya no se conocen, ciegos en su batalla,
rotas las promesas del bien,
desecho el compromiso de la buena guía,
del trabajo honrado, alimento y sustento del cuerpo.


No vale el parecerse en la fibra y sustancia del gen,
en la metamorfosis que el creador dio al sentido de paz,
halagarse en lo bien hecho y por hacer en la unión,
malgastados treinta años de este humano.

Siguen  sin saber que no hay vencedores ni vencidos,
que ésta guerra es desolación, soledad y luto…


Después de la nada, lágrimas brotan desde lo aborrecible,
en barbecho los mismos pensamientos, sin dar el brazo a torcer,
tirada la misma piedra y no recogida a tiempo.

La ingesta por la supervivencia es forzada,
sin libertad para comer lo apetecible,
lo que hace a un cuerpo ser lustroso,
erguido, respetado, con fuerza y voz.

Cuando la vista esté cansada y,
no distingan entre el rojo y el azul de un arco iris deforme,
cuando el botón de la chaqueta sea negro difunto,
Lloraran  al los cuerpos jóvenes que tuvieron toda la vida en sus manos.


Malditas tripas destrozadas por la vanidad, que todo lo hiere y pudre…


*José Manuel Salinas*
D.R.



lunes, 12 de noviembre de 2012

EN MI OTOÑO.






Después de un amanecer pensativo,
engalanada se viste la mañana,
trajeada en acomodadas lentejuelas.
Mil brillos de reflejos naturales
Perlada en su corona con marcadas gotas de lluvia.

Aportando luz, en suaves tonos de gris,
presente está el necesitado rey sol,
en un perezoso dormitar sobre dóciles
nubarrones mecidos por el viento.


Fértil agua otoñal, cristalina bendición
suplicante concedida,
polvorientos, áridos eran los gritos de unos campos secos,
en bienvenida alegría, la diosa madre tierra.

Húmedos están ahora los campos,
cubiertos de unas lágrimas hermanas,
hijas portadoras de alimento, a la avena y al centeno,
frutos crecidos bajo el manto supremo de la vida.


Amor, tú eres lluvia…



*José Manuel Salinas*
D.R.





viernes, 9 de noviembre de 2012

NO SOY UN ZOMBI.







He de morir matando, desgarrado en aguijón,
como muere la abeja ante un peligro mayor, desconocido…
Moriré sin aliento de paz, sin el susurro amigo,
en la soledad mísera de mi propio cobijo.


Mal querido en una incomprensión absoluta,
boca húmeda en silentes palabras,
frases contrarias a un chupar  rueda
de unos adoctrinados serviles: caducos.


Mordiendo tobillos, masticando lo infesto,
evacuando los mal comidos despojos mentales,
de unas gentes vacías, en cuerpos inertes,
zombis guiados del siglo veintiuno.


Me rebelo antes de ser aplastado
por la maquina de la mentira,
dominada desde un poder establecido
mediático, absorbente, rastrero,
inhumano sin la gracia de Dios.


He de morir matando, fiel a mi libertad
sin estados caudillistas, ni falsas banderas.
Coloreadas promesas de riqueza,
monedas de plomo pintado.


Moriré sin aliento de paz,
en soledad, la soledad de las carnes,
pero en el resguardo mental de mi libertad…


*José Manuel Salinas*
D.R.


jueves, 8 de noviembre de 2012

LAS DOCE Y DIEZ DE UN DÍA IMPAR.





Hay días que me siento moribundo,
colapsado en mi tiempo,
roto, en los sofocos de la sin razón,
de las luchas penetrantes de los sentidos,
vísceras explosionando en la oscuridad de mi interior.

Escúchame…

Todo es espuma agria, palabras perdidas
en los labios rojos del ayer,
ahora, morados por el frío que vive
en mi interior.
Muere el sol.

La carne ya no tiene color y, el día
es pura tormenta bajo una sábana  azul.
Caricias de mi vida se escaparon, no las encuentro.
Los baúles del desván que guardan tus vestidos,
se carcomen en nostalgias cubiertas de polvo.

Eras tú, la calidez de mis sentimientos,
el océano de los entusiasmos vivos y palpitantes,
la energía limpia y divina que me incitaba a caminar.
Sin darme cuenta, hasta tu falta, que el motor
que impulsaba mi corazón llevaba escrito tu nombre.

Tu nombre…

Marchaste, ya no estás y yo,
medio muerto, sigo apalancado
en esta absurda vida, esperando que tu ojos
regresen a mis ojos, y tu piel roce mi piel
con la potencia de la resurrección.

Vuelve…


*José Manuel Salinas*
*Rocío Pérez Crespo*


jueves, 1 de noviembre de 2012

INVIERNO EN SOLEDAD.






Que noche tan fría,
parda, negra, solitaria…

Acurrucado en húmedo rincón
torcido vértice desamparado de unas paredes vacías,
unión impuesta por unas manos extrañas,
pagadas con el miserable jornal del olvido.

Ingrato hombre de edad resuelta,
serial como tantos otros de lo engreído,
de lo merecido por un nada,
cobarde deudor fracasado y vivo.


Penitente aun sin saber de un futuro funesto,
trágico en sus momentos, por llegar,
tragando suspiros, regalando el amargo lagrimal
de este presente que se acomoda en el sufrimiento.


Que noche tan fría la que te cobija,
helada soledad, correosa, implacable,
sombras vivas en un alma negra;
migajas de lo que en tiempo fuiste.


Pomposa en ayer tu situación
mermada  en espléndido otoño,
invierno que todo lo duerme,
congela y quiebra…

Toma el aire de la conciencia,
cúbrete con el manto triste del tiempo,
mirando fijo la arista abierta
de unas paredes desnudas y hueras…



*José Manuel Salinas*
D.R.