“En los momentos vacíos, dichosa compañía
que los desborda en sus llenos”
Siento en la rojez de mis mejillas
la calidez húmeda de las lágrimas,
descienden vivas, insultantes en su brillo,
cual agua pura. Espejo.
Amigas fieles en respuesta humana,
prestas al desahogo ya inservible
calladas sumisas de lo acontecido,
presionadas en fuerza, por el suceder.
Despojadas de maldad,
cargadas en mi desesperanza,
de agobios luchados y perdidos,
sentimientos rotos en carne abierta.
Se deslizan ya abatidas, huérfanas,
descompensadas en su silencio,
sin saber, que nacieron del dolor
de la soledad oscura donde habitan.
Sin entender, que ven los últimos destellos
de una luz triste y opaca, finita en agonía.
Nacieron desdichadas,
para servir a una mente
yacente en cuerpo
y tan muerta…
*José Manuel Salinas*
D.R.