domingo, 8 de noviembre de 2015

UN LOCO MÁS.




Me castigo en la soledad inducida, provocada,
por esa falta de apetencia malcriada en el pensamiento;
no quiero indultarme, no quiero la compañía dócil
penosa del hombre herido, desgarrado en los sentidos.


Quiero la paz llorosa de mi marchita imaginación.
Perderme en los caminos negros, espero, que sin retorno,
de esos mundo oníricos abultados de abusos.
Castigos caballerescos, suplicios marcados por otros.

Quiero ser sumiso sin proteger de locuras prestadas,
que el día sea noche, donde el dolor sea amigo…
Palparlo con la mayor intensidad, luna privada y justiciera
dominante sin descanso de una extenuación desvergonzada.

Deseo que la locura perdure en mi tiempo,
esclavo de la sin razón.
Crear el habitad cadavérico del silencio;
anarquía mortecina del cuerpo,
malcriar al intelecto en lo más sucio, reventar sin pudor.

Quiero ser el loco con el dedo señalado.
de palabras cobardes en la espalda.
Susurro de lastimeros hipócritas, benditos de mierda;
gentuza de supuesto bien vivir, sin coraje y vacíos.

Dejadme en compañía de mis sueños, en soledad.
De mis viajes desprovistos de manos, pies y tronco.
Dejar al loco en su espacio de insania insalubre,
que se divierta como tal y viva como Dios…


Una tarde haciendo locuras.


*José Manuel Salinas*



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