miércoles, 29 de agosto de 2012

AUNQUE SEA EN SUEÑOS.






He tenido un sueño, fue en la noche pasada, trágico para mis biorritmos. Perdidas salinas mis necesitadas sustancias orgánicas, frío en el sudor, acompañado de espasmos. No sé por qué arte de magia, (tal vez una ilusión maltrecha), como de la nada o del todo, habían desaparecido esas cosas (digo cosas como lo mas suave) inventadas por los avispados, reducto insaciable de gandules acomplejados sin bien, ni beneficio;  haciendo afín unos propósitos en beneficio de ellos propio y allegados. Sí, hablo de las famosas y mal olientes autonomías, (llámense también feudos del capitalismo fiel y ruin a lo político). Hijas bastardas, putas deshonradas del estado, avariciosas sanguijuelas sus moradores y guías

Fue una noche larga, en la cual por momentos temí lo peor para mi salud, vi una luz, grande, grandiosa; no fue otra cosa que un político iluminado, (supongo, están en todas partes, como la mala hierba) que a bendecirme con sus palabras,  de puro convencimiento de lo incierto, de la utilidad de la cercanía, de los tramites con sonrisa de operario conocido, del gasto controlado, de la eficacia incontrolada para y por nuestro bien. Como ejemplo su figura: criado, engordado y vivido siempre (como de los cerdos en su piara) en su tierra y la de sus antepasados (¡vamos, que todos criados de pura raza y sin dar golpe!) 

Debido a mi estado casi me convence que todo era circunstancial y venido del exterior, por unas malas gentes egoístas de idioma distinto, afanadas de poder y dinero, pero transitorio, solo una cuestión de pequeña estrechez pasajera, donde también y cómo no, estaban metidos ellos (al fin de cuentas con sus sueldos no llegaban a fin de mes, al punto de pasarlas canutas).

Creo que agotado de luchas verbales y rezos, de sentir la impotencia (no pude agarrarle del cuello, solo era luz) quede apenas dormido con un nuevo sueño; esta vez,  si que todo era grande y maravilloso, lucia el sol en la terraza donde tomaba el aperitivo, trinaban los pájaros y se oía en la lejanía una música que sonaba a celestial, todo magnifico en mi país, todo riqueza y abundancia, y yo era… Político. (Un miembro más de la piara).



*José Manuel Salinas*
D.R.


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