He tenido un sueño, fue en la
noche pasada, trágico para mis biorritmos. Perdidas salinas mis necesitadas
sustancias orgánicas, frío en el sudor, acompañado de espasmos. No sé por qué
arte de magia, (tal vez una ilusión maltrecha), como de la nada o del todo, habían
desaparecido esas cosas (digo cosas como lo mas suave) inventadas por los
avispados, reducto insaciable de gandules acomplejados sin bien, ni beneficio; haciendo afín unos propósitos en beneficio de
ellos propio y allegados. Sí, hablo de las famosas y mal olientes autonomías, (llámense
también feudos del capitalismo fiel y ruin a lo político). Hijas bastardas,
putas deshonradas del estado, avariciosas sanguijuelas sus moradores y guías
Fue una noche larga, en la cual
por momentos temí lo peor para mi salud, vi una luz, grande, grandiosa; no fue
otra cosa que un político iluminado, (supongo, están en todas partes, como la
mala hierba) que a bendecirme con sus palabras, de puro convencimiento de lo incierto, de la
utilidad de la cercanía, de los tramites con sonrisa de operario conocido, del
gasto controlado, de la eficacia incontrolada para y por nuestro bien. Como
ejemplo su figura: criado, engordado y vivido siempre (como de los cerdos en su
piara) en su tierra y la de sus antepasados (¡vamos, que todos criados de pura
raza y sin dar golpe!)
Debido a mi estado casi me
convence que todo era circunstancial y venido del exterior, por unas malas
gentes egoístas de idioma distinto, afanadas de poder y dinero, pero
transitorio, solo una cuestión de pequeña estrechez pasajera, donde también y
cómo no, estaban metidos ellos (al fin de cuentas con sus sueldos no llegaban a
fin de mes, al punto de pasarlas canutas).
Creo que agotado de luchas
verbales y rezos, de sentir la impotencia (no pude agarrarle del cuello, solo
era luz) quede apenas dormido con un nuevo sueño; esta vez, si que todo era grande y maravilloso, lucia el
sol en la terraza donde tomaba el aperitivo, trinaban los pájaros y se oía en
la lejanía una música que sonaba a celestial, todo magnifico en mi país, todo riqueza
y abundancia, y yo era… Político. (Un miembro más de la piara).
*José Manuel Salinas*
D.R.
Uy qué mal sueño ser parte de esa casta...
ResponderEliminarBesos desde mi mar,