Con tumarit propio
encantador de féminas, alturas y magias,
don Juan de cien amores
ese que fui ayer,
rey de oros, ayer llamado.
Cazador cazado con su propia medicina,
pagado...
Loco, locura de amor por ti.
Tus palabras sentidas, duras
tristeza desbordada;
te despides, dejarme quieres,
zozobra en mi, agriado,
tengo miedo.
Mi corazón se para se niega a latir
llorando hecho jirones,
haciéndome trizas, intentando morir.
Impulso mal calibrado
de celos aflorados,
no justificados, entenderlos quisiera...
Infundados.
En siervo de mi dueña convertido,
caído a tu pies, rendido estoy
con tus palabras doblegado,
asustado...
Juguete roto soy.
Adaptación compleja
de ignorancia e indiferencia.
Castigo.
Siendo raro por extraño
en mi orgullo marchitado,
a tu lado amor quisiera
exculpar mis pecados.
Recuperando lo que antes fue,
susurros al oído, calor en la piel.
Amor eterno prometido
de una vida juntos, sin fin.
La fuerza del amor
el nuestro.
*José Manuel Salinas*
D.R.
por entre el sesgo melancólico, el amor
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