Aire de
levante, humedad del mar
cobijo de
mi tierra, trozo de mi España natal.
Gentes nobles y enteras, resquebrajada
piel,
rostros
luchando sin tregua desde la soleá.
Tardes
largas de membrillos en color
donde sin
calor, el sol alumbra más,
intento
cerrar la herida con agua salada del mar
no es
visible, más juro que está
Sentado
en el espigón de mí conciencia
mecedora
vieja de pensamientos usados,
desterrado
este cuerpo, mente anclada, pereza del ayer
de
recuerdos vividos, hasta ahora sin olvido.
Casto y
enamorado corazón el mío
bondad y
pureza, desbordante tibieza
lo más puro te
di…
un alma, mi ser y una vida de amor sin fin.
Viento
del sur, brisa de agua salada
fragancia
imaginaria de mil rosas marchitas,
de mil
llantos y desprecios, de un ser ignorado
suspirando
la desdicha de un hombre, por ti despechado
En mi
tierra estoy, cobijo de mí ser,
aire de
levante y el calor de mi gente,
mecedora
vieja de pensamientos usados
sentado
en ella, mirando de frente al mar…
*José Manuel Salinas*
D.R.
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