domingo, 6 de mayo de 2012

SIN VOLVER LA CABEZA





Abigarradas palabras que confunden,

tú decides cuando me voy…
aire de levante, humedad del mar
camino recto del sur,  malvasía negra bordeando.

En tus manos el reloj de mi hora amarga,
mi boca entreabierta de sonrisa encarnada
ahora ya caída, tornando en mueca extraña,
masticando la saliva, de paladar seco

Cuando digas me voy…
diré adiós a las tardes de verano, las haré recuerdo,
te dejaré mis noches de luna, a tu lado
el olivo, nuestro naranjo y todo su azahar.

Ya estoy en mi marcha, gritó el reloj…
no me llevo tu sol, será mi evocación,
suspiro con ojos perdidos, pestañas mojadas,
lágrimas en duelo sin ser madrugada, ni cuerpo inerte

¿Dónde seré de nuevo grano?
preciada semilla de cosecha guardada.
Candado, fiel guardián sin llave
inmóvil y oxidado, de puerta cerrada

Corazón huérfano de alma helada, unidos
tejiendo en mí caminar el abrigo, albergue
del duro invierno, de mí largo olvido
no marcho erguido, si de frente.

Trayecto incierto, cobijo de mi tierra
aire de levante, humedad del mar
solo y en tú  libertad


*José Manuel Salinas*
D.R.







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