Encogida esponja
de sentimientos exprimidos.
Vestigio de humedad
en helado corazón
que no hace charco,
ni barquito de papel
en riachuelos de sucinto viaje
Gasificada esponja agónica
que son tus pensamientos.
Líneas marcadas en ámbar,
tiralíneas de rojo saciado.
Reflejo claroscuro y en espera,
de una luna lejana, ya sin lucero.
Señales inequívocas
que engendran en mí, tú olvido.
Hora de escarchas,
marañas perennes de un frío amanecer.
Inmarcesible niebla tornada opaca,
bautismo de la mañana.
Alacena de recuerdos atestada,
mácula traicionera de día soleado,
arquitecta de triste silencio,
cómplice de voz callada.
Suspiros haciendo espesura,
cama de amor dormido,
profundidades inciertas
de camino ya perdido…
Acelerado desenfreno,
cortocircuito de mi mente
resortes que saltan,
en contrapesos vencidos.
Aparece una lluvia invisible,
que no hace charco.
Cargado de neuronas,
barquito de papel mojado.
Línea en rojo encendido,
marcando el hundimiento
de unos sentimientos ya inservibles y
muertos
José Manuel Salinas
D.R.
Un triste poema con tú sello inconfundible.
ResponderEliminarUn olvido lleno de sentimientos muertos, lejanos y sin esperanzas, si realmente mueren los sentimientos no queda nada ,todo está perdido.
Siempre es un placer verte escribiendo,y tambien un gusto para mi leerte.
Un beso.
Un placer llegar a tus letras y disfrutar de la dulzura de tus versos.
ResponderEliminarUn abrazo, querido poeta.
Reme.