Con el aplomo,
-derechos de lo conseguido-
-derechos de lo conseguido-
rasgas mis vestiduras.
Tu respiración calienta mi piel,
enerva mis sentidos,
estado causal, de prisionero
consentido.
Es la locura del olvido,
la vida eterna
en su momento preciso.
Son tus manos la caricia
necesitada,
desquiciando mi mente
entregando mi cuerpo.
Escucha mis gemidos
en el silencio acompasado,
retorcido,
de nuestros cuerpos.
Has subido el deseo
a lo más alto.
Permeable es la roca,
punto y guía
a la cueva del pecado.
Luces y sombras,
humedad no terrosa.
Cálidas son las paredes
que gloriosa me entregas.
Dos humanos sin nombre,
en un tiempo sin existencia,
viviendo, saciándonos de la vida
con el arco iris como reseña.
*José Manuel Salinas*
Tus inspiraciones siempre algo más que interesantes... son versos que rozan las almas de los lectores.
ResponderEliminarUn placer leerte.
Reme.
Me halagas querida amiga, todo un placer para mi tenerte tan cerca en mis trabajos. Gracias por tu tiempo, pero sobre todo por tu amistad, besos.
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