lunes, 2 de noviembre de 2015

SECA DE CUNA





Veo en tu cuerpo
 mi anhelado deseo,
acurrucada en tu mirada,
tierna está mi figura.
¡ Ay doña, que por ti desespero!
sea día o noche cerrada sin  luna.

Que no es amor, que no, que no,
son lazos rojos de puro desenfreno.
Lengua trastocada, paladar seco,
bullicio en mi interior sin dejarme  sereno.

Que te miro, que me ves
los dos en silencio, ninguno del revés.
Sudan las manos, nerviosos los pies
te hago un guiño y ya van tres…

Asiente sonrojada desde el  rincón,
eres una dama, no del montón,
guardemos las formas, yo tu ladrón,
busquemos en disimulo ese atracón.

Pensamiento alocado en sofoco,
interior jubiloso, presurosa salió
doblando la esquina,  al maromo encontró.
Con la suerte de una bendita, el potorro,
antes marchito, mágicamente se humedeció.

¡Ay Don, que por la entrepierna muero!
que esté bien hecha, sin arrebato.
Soy una señora, pero hace tanto que no cato,
que haré premio de este festín y adiós al recato.

 Las mieles del cielo en cuerpo siento,
yo tan beata , mojigata y con reparos,
desvergonzada en júbilo dispuesto,
destapo mis ansias, no lloro por lamento.
Es el cuscurro, que gustosamente tengo tan dentro.

Acabado el momento, guardados los inventos
le vino a la memoria el desconsuelo,
presurosa en mañana bien temprano,
prometió cual recado, ir a misa por pecado.

Rezar dos padres nuestros, tres aves marías y un credo,
pedir perdón a lo más sagrado, que no es justo
que a su edad y terminando, lo haya catado.
Días que vengan, ya no serán dos
ni tres, ni ya tan siquiera se conforma con cuatro.

*José Manuel Salinas
D.R.






















4 comentarios:

  1. Buen alivio para tan discreta dama! Un abrazo.

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    1. Hola maestro y amigo. Gracias por tus palabras y tiempo, deseo te haya gustado.
      Un fuerte abrazo

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  2. Trato de entenderlo... Esta bonito lo que usted escribe

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