¿Acaso no es dolor ver el fruto,
y... tenerlo como prohibido?
Los días son claroscuros…
Tu sol ya no me calienta,
mí luna espanta
cuando la nube imantada de dos, no nos
cubre.
La distancia es infinita…
Más, no por eso dejo de pensarte
en los rayitos tenues y fijos del
sentimiento.
Clarividencia de mis momentos
allá en lo alto o tan adentro que duele.
Atrás quedaron las etapas quemadas,
ahora,
tierra de nadie,
tierra de nadie,
agrietados cobijos llenos de sentidos,
en formas dolientes…
Abismal oquedad que todo lo traga
Lágrimas disimuladas en lluvia,
agua no fértil secando dos corazones
que en suplicio taciturno,
aparentes terrones,
deja un amor latente, de incógnito
callado…
*José Manuel Salinas*
D.R.
No hay comentarios:
Publicar un comentario