lunes, 22 de julio de 2013

TRINO OCULTO.






Tres notas perdidas en el pentagrama de la vida.

Tal cual, sumisa y apreciada
a tu fuerza y bendición me encomiendo.
Doce son mis alargados huesos,
dóciles cuerdas como hilos,
desde la tierra a la  blanca luna.

Estado mortecino en tus momentos de ausencia,
en la soledad acuciante de las noches dormidas,
escondo mi alma suspendida
para que suene en otras nubes de gracia.

Arpa soy, por Eolo mi dios adoptada
Heleno nacimiento vestido de plata.
Caprichosas son mis notas, vértices de tus sentidos,
marcadas sintonías por ti dispuestas.

Céfiro tu nombre en movimiento,
eólica  sutileza que por ti hago vida.
Brisa que desde el azul del universo,
acaricia mi esbelta osamenta
en el suave trino oculto que a ti me une, en un solo acorde.

Haces de mí lo más perfecto… música.



*José Manuel Salinas*

4 comentarios:

  1. Precioso poema, José Manuel. Supongo que fue el del Museo de la ciudad.
    Un abrazo.

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    1. Así es, este fue el que escribí y recite para el evento en el Museo de la Ciudad, me alegra te haya gustado, gracias por tus palabras y visita.

      Un beso.

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  2. Hermoso poema, José Manuel.
    Tu sensibilidad poética se ha fundido en perfecta simbiosis con la música del arpa, un instrumento cuyas melodías acarician los sentidos como ningún otro.
    Un abrazo

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    1. Gracias María José por tus palabras, esto fue un reto ( fue escrito para Trasnochando, y tocaba ese día el arpa eólica), la música como sentido común de la poesía.

      Un beso.

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