Lloran los ojos en agónica tristeza,
altares blancos del alma.
Están en el desconsuelo sórdido,
míseros en la mirada perdida,
dejados en el abandono, orfandad de la vida.
Suspiros. Como única compañía, unas lágrimas desgraciadas,
mojando la falsa risa, recordando la gracia del pasado,
cargadas de injusticias en el ahora que me envuelve.
Tristeza que con su fuerza adormece las ganas de vivir,
aplaca los instintos, doblega la voluntad,
anulando la corta inteligencia pasiva de mi comprensión.
Y hay luz, y no me llega…Esperanza perdida,
solo el recuerdo de un momento de sol,
por el que por ella luché.
Se muere el alma, opacos cristales clavados,
pinchazos que en silencio avivan el dolor,
mortificando lo puro y callado del cuerpo humano.
Lloran los ojos agónicos de tristeza,
al ver sobre el blanco altar, el alma inmóvil
que lleva mi nombre.
*José Manuel Salinas*
Precioso de verdad me ha encantado.
ResponderEliminarSaludos José Manuel