Quiero, necesito tus caricias en la madrugada,
a la hora en que todo es ajeno y lo perdido duerme,
-pura mentira exenta de realidad-
donde el silencio es dueño de la soledad,
empapando hasta el tuétano, pudriendo sin compasión
la foto fija e inmóvil de un amor en blanco y negro.
No siento el calor de la rojiza llama prendida del ayer,
ni el sofoco de unas brasas pegadas a mi sudorosa piel.
Ahora es nada, agitada respiración en noche avanzada,
solo en la cama húmeda de llanto, en la desgracia de lo
tizón.
Vendrá el día con su luz, los cantos avisadores del gallo
sin capar,
el rocío que moja, el volar de los gorriones ajenos a mí
estancado dolor.
Brillará el verde, arropando el arco iris mágico de la vida
mimetizando su color en unas frágiles mariposas inquietas.
Será, es, la postal natural enviada con nombre y dirección,
el día a día de un corazón abierto, vivo,
en la espera siempre amarga
del acuse de recibo que no llega.
Acaso perdiste el entender que necesito tus caricias,
la sabiduría de tu voz, la savia bendita que rezuma tus
labios,
el calor humano que purifica, esa paz en tu mirada que
contagia,
haciendo vibrar en azul el aura divina de nuestros cuerpos.
Sigues sin saber, que para vivir completo, sin miedos,
preciso la foto en color de la unión visible y eterna, de
nuestras almas…
*José Manuel Salinas*
D.R.
Josemanu .que decirte no puedo me dejas leyendo como si viera a mi mismo ser dentro uy déjame y luego escribo peor bello muy bonito como siempre.
ResponderEliminarBesos al alma y buen fin de semana para ti
Precioso Jose Manuel, ese amor no debería estar negado a nadie, pero ¿sabes? si no lo recuerda o no lo entiende, no te preocupes, porque igual no te merece.
ResponderEliminarUn abrazo desde mi mar,