martes, 16 de octubre de 2012

MOVIMIENTO DE ASPAS.





Cuando el día es un aullido constante,
aterrador, demoníaco, en crestas crecientes,
solapadas  las ocultas vísceras maliciosas,
latigazos sentidos de unas tripas al borde de la podredumbre.


Cuando el sentido de nuestra vida
parece equivocado,
rol que los demás dirigen,
guiado en una conveniencia borreguil,
alimentado de sobras
como cerdos sin conciencia, agradecidos, que todo lo tragan.


Cuando la luz de día
es continuación de noche oscura
en un gris mortecino,
vacías las calles en hedor taciturno,
adornadas con farolas que no calientan
donde los jardines son un verde plástico.
Las fuentes ahora secas por el asco
sustituidas por contenedores que esperan
la carga desechada por otros,
con guardia y colas humanas en vergüenza ajena.


Cuando ese apocamiento tan injusto,
meditado, inducido por los amos,
esos dioses del poder arrebatado con engaños,
organizado en sonrisas, bocas sin dientes,
arrastrando a los hombres de bien a la miseria,
sanguijuelas indecentes, de vergonzoso proceder.

Cuando el alma pura del ser levante,
despierte de la adormidera visual impregnada,
cuando el adoctrinamiento de masas cortocircuite,
vendrán los vientos producidos por las aspas ciegas,
cargados de espesas nubes mugrientas,
cólera humano sin distinción, ni vacuna,
infectando a esos supuestos hijos de Dios en la tierra,
miserables egoístas, torcederos sinvergüenzas…

¡Moverá el ventilador las aspas limpias en giro contrariado!

De todos, ¿quién será el valiente que lo desenchufe?


*José Manuel Salinas*
D.R.

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