domingo, 20 de mayo de 2012

INVITADO OBLIGADO






El sol no calienta, ni falta me hace
tranquilo cielo azul, suave brisa sin olor,
flores cortadas, vistosidad aparente
marchitas mañana, eterna primavera gris

Es en la siesta, banderillas a las cinco.
No es tarde de toros manchados, capotes al vuelo
ni gritos, ni palmas, ni moscas “cojoneras”
es tarde de negro azabache, sin burladero.

Los pájaros no trinan, no están en retirada
Sin ser noche cerrada. No no hay luna.
Repicando las campanas, con polifonía al son
 sin letra, no es cantar, que solemnidad.

Danza serena, sin música celestial
llegando en un valsar, bailarines prestos y serios
tímido baile helado en su vientre interior.
Diecinueve escalones callados, fieles notarios
de tanta fiesta natural, inmutables desgastados.

Puerta grande, de roble imitado, sonoro cerrojo
haciendo descanso, en pensado rellano preparado
nuevo es el inquilino, no esperado
en grandiosa casa temporal, por Dios recibido.

Miradas variadas, bocas en susurro
almas vivas, de cuerpos quietos
silencio por bajo, oídos despiertos
enrabietadas campanas, de estruendo dislocado

Soy el invitado, que agrio honor.
Yo frío, ellos llanto, vestido para la ocasión
traído a obligadas, no me resisto
no padezco, ni siento, ya… nada que decir

En esta despedida, ánimas vivas
camino en su comienzo, a mi vida eterna,
seré polvo en esta tierra, ya sin cuerpo
existencia de tenue luz, en sus recuerdos


* José Manuel Salinas*
D.R.



1 comentario:

  1. Un placer leer tan bellos versos...
    Felicidades por tan hermosa inspiración.
    Reme.

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