Traspasar el cuerpo, dejar sólo el
pensamiento,
amar al amor que yace en tu interior, ese
que reposa,
a veces tan inquieto, otras tan vivaz,
existente en tu alma.
En lo más íntimo abrazado a su
ingravidez.
Cerrar los ojos, notar la suavidad que se
apodera,
el aroma a serenidad, todo fluye, todo se
detiene…
Luces de neones parpadean en tu cielo
y una docena de mariposas revolotean en tus sienes…
Es lo más intenso que un ser humano puede
desear,
amor latente en estado puro, infinita sensación.
No se palpa, no se roza, no tiene rostro
ni tan siquiera palabras definidas….
Sólo existe, sólo está…nos pertenecemos.
Calla el silencio a veces tan molesto
se cierran las puertas a la falsedad.
Asoma por la ventana la única verdad,
creo en ti.
Bautízame con tu esencia, sáciame con tus
besos,
con la calidez de tu piel que es la mía,
elévame a ese mundo real e invisible
donde nuestras almas en conjunción mutua
se enlabian…
Sáname desde dentro, cura todas mis
heridas,
despójame de la ropa, dale alas a mi
espíritu…
calma la sed que tanto ahoga…
en esta comunión mágica de un sentimiento
que aflora.
*José Manuel Salinas y Rocío Pérez
Crespo
D.R
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