Mil astillas nacidas
Crecidas de un solo ser,
De una sola onza, sucia cobriza,
Hipotecando en su prestar
Mil y una cara, desde un mismo cuerpo…
¿Acaso no conoces el fracaso inseguro,
Vestido de harapos, despecho estropajeado,
Sentido descompuesto,
de celos escondidos?
No siempre es tierna la palabra silente,
Ni dulce el camino presente en su hacer.
No estamos en posesión exclusiva de verdad,
Ni tenemos el refugio presentido del saber
Mil esquirlas que clavamos, aún sin ver,
Puntiagudas, encendidas de la sin razón,
Sentimientos que se trasforman en malignos,
Agudos escapados que no retornan, perdidos de reencarnación.
Somos humanos desde nuestro finito,
Criaturas de raciocinio, de sepultura en espera,
De días alocados, de noctámbulas tristezas,
De risas, cantos y llantos, cargada la memoria, despensa de
vivencias
Busquemos la seguridad noble que nos empapa,
Descartemos los ruidos no estabilizadores del sentido.
Ayudémonos desde la normalidad existente,
Finas agujas curativas cargadas de bienestar.
Somos el tronco divino de madera noble,
Fragmentos de luz y pureza, donde la paz es seguridad…
Busquemos y encontraremos la felicidad…
*José Manuel Salinas*
D.R.
busquemos, aunque la búsqueda lleve toda la vida,
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