No creo en la poesía sin pensamiento,
como no existen los pájaros sin alas,
desvestida en huecas palabras, dóciles en
acoples solitarios de formas recurrentes.
No quiero saber como se cocina un arroz con alubias,
ni tan siquiera un cocido montañés,
-gustoso de comer en mesa con mantel-
ni la crianza a oscuras del champiñón bajo la cama.
Ni los vómitos tras la fiesta.
Me da igual el muslo apretado,
las babas, los ojos hinchados
y, la ilusión de lo jamás probado.
Poesía es la funcionalidad del intelecto;
sin ser moneda de oro
o de cobre,
no enfrentar inteligencia con vida
ni el saber ingente con escudo y pedestal.
La poesía es pueblo, ciudad,
luz celestial, universo de lo humano.
La complicidad existencial, la simple brizna,
la brisa, el mar y el simple estornudo accidental…
La poesía no tiene nombre, es huérfana,
carente de apellido. Calida en abrazo que une,
compañera del silencio, ágil en comunión compartida;
es simple o complicada, dependiendo de la adopción.
Eso y más es poesía. El infinito por dar y transmitir,
hacer pensar, imaginar, gozar, llorar, morir,
sin condicionar ni restar libertad.
No creo en la poesía sin pensamiento,
como no quiero saber el color del baño,
ni las veces que te has duchado,
ni siquiera lo que hiciste antes de retirar el mantel…
*José Manuel Salinas*
Esa poesía huérfana carente de nombres recibe mil veces mil abrazos y sueños mientras se las deja dentro a pedacitos como cada palabra un deseo del que se lee pensando en quien la escribió, deja huellas y caminos o solo deja sueños o pensamientos .muy bello como siempre .besitos al alma
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