Escabechina troceada sin sangre,
de unos pensamientos arraigados,
excomulgados momentos sobrepasados
en tiempo y lugar, tantos…
Es la cara y, carga arrastrada de un sentimiento,
que fue ayer, ahora ya ido…
Fue la simiente de lo imposible,
lo abstracto, no entendible por prohibido…
Necia, cobarde mente lastimera,
ordenes de obligadas a un corazón,
perenne sufridor de sus anhelos,
trágica rotura inhumana del sentir…
La mente ya en soledad…
Corazón malherido en su final…
Cuerpo en latidos inhumanos,
insensible ante su voraz consumo.
Veneno de aceite hirviendo
arrasando unas venas ayer comprometidas…
Mala carroña de mi destino,
comido en momentos,
Bebido en suspiros letales
de un añejo nacimiento…
Más, solo me queda ser vida
para ese gusano infecto, sin sentimientos,
de mil cabriolas en movimiento,
y olfato seco…
Maldita la hora y nuestro encuentro,
aborrecido ahora en el tiempo.
Ya muerto mi futuro, en presente justiciero,
no sé a que viene la niñez de mi lamento…
Ha caído la mente, el corazón ya no es rojo,
todo el cuerpo en carne de despojo…
*José Manuel Salinas*
D.R.
Genial poema José, donde las marcas más cruentas se dejan plasmar. Un poema muy Salinas. Besos.
ResponderEliminarBien intenso el poema.
ResponderEliminarEstaba acostumbrado a leer tus excelentes poemas sobre la pasión y el amor, José Manuel, me ha gustado conocerte en este otro registro en el que no había tenido ocasión de leerte. Otra forma de pasión en la que te desenvuelves con una fuerza y calidad impresionantes. Además, como es habitual en tí, espléndidamente escrito.
ResponderEliminarFelicidades. Un fuerte abrazo.