Te vi y, te veo con
la claridad
de la transparencia observada.
Supe al instante que serias
el cobijo de mi sombra.
Me contagió tu necesidad y
falta de calor humano,
tu soledad no aparentada.
Comprendí,
la grandeza de tu imaginación,
- se de lo que hablo-
Tus historias vividas de pensamiento,
tus affaire prohibidos,
- nunca reales-
Cúmulo de momentos desenfrenados,
solitarios.
La pena y, misericordia por ti misma,
una vida truncada y ya,
sin vuelta atrás.
Te entiendo…
He comprendido sin palabras;
Recuerda, soy parte de ti,
momentos a la carta de
caricias adecuadas,
olas embravecidas el resto.
Cargadas estas de humedad
de espuma salada.
Vestido con la simpleza de la sombra y,
tan unido a ti.
El protagonista dual y callado,
de tus historias.
Ahora bien sabes,
que no estás sola frente al espejo,
existe un mimo real,
aunque…
siempre nos quedará…
La imaginación.
*José Manuel Salinas*