Ya no
sufre el alma
sin
fuerzas, dormida está en el triste
y
apagado sueño de los vencidos.
Ese
lugar apátrida,
donde
todo es olvido.
Ya no
existe sustancia
ni
cuerpo que abrazada la proteja.
No
hay tierra que pisar,
ni
cielo azul que indique libertad.
Despojada
de lo efímero
quieta
está.
Acobijada
donde todo es vacío,
en el
neutro apagado e infinito
de
las tinieblas.
Ya no
sufre el alma,
ya
no…
*José
Manuel Salinas*